domingo, 4 de mayo de 2008

Estancia

Tengo que abrir las manos
y afligir a mi dolor,
arañarlo,
morderlo,
Contarle que lo detesto,
que odio que venga a sentarse en mi cama,
y me cuente que ha venido de regreso,
para hacerme llorar por las mañanas,
que tendrá mucho tiempo para verme
tiritar de coraje por su estancia,
sabe que lo temo,
me prueba de nuevo.
Solo que esta vez
el no sabe que todo el tormento
puede hacerse nada
puesto que te tengo.

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