domingo, 6 de abril de 2008


Esta mujer esta cansada de la noche que carga sobre su espalda,
de las mañanas perdidas,
tiene que rascarse la mugre del alma
y frotarsela en la piel ,
para desaparecer las grietas que incendian su piel,
el ardor es la llanura que se abre después de caer de la montaña,
los golpes duelen más cuando no se esperan,
mi horizonte tiene el alma de un muerto que llora su pena,
la alegría de un beso que se estrena,
la desesperación del que sabe que espera
en un balcón abierto a la esperanza,
esa ingrata que te habla al oido y después blasfema junto a tu ventana,
Esta mujer se escapa de los dedos del amor,
sus flechas no fueron bien hechas,
y antes que lastimar un pecho,
prefiere guardarse en las palabras.