lunes, 21 de enero de 2008

Manto frìo.


Hace falta.
siempre me hace falta una manta tibia
cobijando mis tormentos.
una mano tersa que sacuda el polvo de mis tristezas,
un suspiro que sepa apagar la veladora que alumbra mi muerte,
arrinconada ,
solitaria,
acariciando las voces
para cantar mi silencio.

sábado, 12 de enero de 2008

Escape

Se arrastra tras de mi esta necia melancolía,
le canto para arrullarla,
necesito que duerma
para poder descansar algunos segundos
de mi.

Negra

Quisiera en la mañana
poder limpiarme la piel de reproches empolvados,
sacudirme la irremediable tristeza de su voz
que me contó cierto día lo negra que es al final
la vida,
esta vida que es la misma
que el me obsequió
y en donde inocente de todos
arrastro el pincel por todas partes
y pongo gris donde el blanco predomina
oscuresco el mantel donde comemos
este amargo pan que ahora me sigue.

Densidad

Azul
triste azul que me aflije
eterno como el dulce dolor
de saberte dentro,
etéreo
transparente
como mi alma sobre ti derramada,
densa como la miel que se filtra en mi
suave como el deseo
resbaladizo
perverso
inevitablemente perfecto.

Tarde en mi menor.

Quien quiera ver el hoy
como un lejano atardecer viviente
donde todo calla,
donde todo duele,
la fragilidad de tu sombra siempre al pendiente de la mia,
tu respiración de niño.
Quien necesite saber de dónde viene el susurro
que galopa dentro de mis sienes,
tendrá que saber de qué color se tiñe la tarde
cuando vos no estás.

viernes, 11 de enero de 2008

No sé si sabías


El que puso sus pies en mi ventana
sabiendo que no lo esperaba,
Cuando la palabra amor era amargamente agria ,
cuando aún podía sentir la brisa de las olas tristes
donde incierta me bañaba a diario.
No sé si lo sabías
No sé si fuiste tú el que descubrió que me escapé del mar
para buscarte para siempre en la arena.

miércoles, 9 de enero de 2008

Acierto.

En este pedazo de cielo donde nada se encuentra,
me sé tan cierta como el rozar de tu cuerpo;
libélulas violetas arrastrándose en el centro de un huracán arrinconado
en la esquina en la cual no me dejas espacio para suspirar por ti.
No tengo ojos,
sólo éstas tristes manos
que tiranas palman lo amargo de lo incierto,
la tibia brisa marina de un caracol que me enferma
de febriles notas que no afinan
para despertar de mi tormento

De caricias.

Algo
Una especie de caricia
que se esboza entre mis brazos
seda negra
desliz de mariposa que siempre acierta
a encontrar la luz más tenue
para encandilarme.

Insinuación

Una dulce insinuación
lanzada para cantar desvaríos
me promete oscuras notas
oraciones en privado para no despertar groseras almas
que quieran rasgar las cuerdas de nuestra húmeda guitarra.