viernes, 8 de mayo de 2009

Llueven mis palabras turbias
Sobre la noche que se viste de voces lejanas.
Mi frente está sellada por calles cerradas
que suben
suben
hasta el laberinto que esconde intacto los rastros de tu nombre,
y hay humedad;
como si el agua de tu mar lejano lavara mis pies,
como si la estrechez de tus caderas
hicieran cadenciosas mis mañanas.
Eres solo lo que el viento imagina.

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